En un jardín
había una hermosa rosa que nadie cortaba, ya que a su lado estaba sentado un
sapo grande y rugoso. Un día, la rosa muy enfadada le dijo que se alejara de
ella. Así que el sapo, muy triste, se fue. A la semana, el sapo volvió con la
rosa, y al verla, le preguntó que qué la había pasado, ya que sus pétalos se
estaban marchitando. La rosa le respondió que las hormigas le comían día y
noche. El sapo le contestó qué cuando él estaba a su lado, no permitía a las
hormigas acercarse, por eso lucía tan hermosa.
Muchas
veces somos como la rosa, no nos damos cuenta del bien que nos hacen las
personas que están a nuestro lado, las despreciamos sin darnos cuenta que lo único
que hacen es protegernos. No seas como la rosa y valora a las personas que te
rodean, porque, aunque tú no te des cuenta, están ahí para cuidarte. Quien te
lastima, te hace más fuerte;
quien te critica, te hace más importante; y quien te envidia, te
hace más valioso. Y a veces es divertido saber que, aquellos que te desean lo
peor... tienen que soportar que te ocurra lo mejor.
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